Haití: crónica de una crisis sin fin (2)
En la actualidad hay más de 200 pandillas que libran una lucha sangrienta por el control del territorio haitiano.
Haití es un país que ha atravesado numerosos conflictos desde que se independizó de Francia en 1804. En 1957 François Duvalier, mejor conocido como Papa Doc, ejerció como dictador del país caribeño hasta 1971, para luego ser sucedido por su hijo Jean-Claude, alias Baby Doc. Esta dictadura de los Duvalier, respaldada por los Estados Unidos, duró casi 29 años.
En la década de los 80, la administración Reagan retiró su apoyo a Baby Doc y el general Henri Namphy aprovechó la situación para liderar una insurrección popular que hizo que Jean-Claude Duvalier tuviese que huir del país.
Luego de haber debilitado al poder legislativo y al ejército, Papa Doc creó su propio “cuerpo paramilitar” denominado los Tonton Macoute, inspirados en los “camisas negras” de Benito Mussolini.
Con casi 50.000 hombres que se financiaban a través del asesinato y la extorsión, se estima que estos individuos acabaron con la vida de unas 100.000 personas. Durante los años 80 y 90 muchos de estos paramilitares siguieron vinculados al poder, en especial, durante los periodos de gran inestabilidad y violencia que sufrió el país caribeño.
La última crisis política de Haití se ha producido tras el asesinato del presidente Jovenel Moïse en 2021. En su ausencia, el actual primer ministro, Ariel Henry, respaldado también por Estados Unidos y las Naciones Unidas, emergió como líder de un país en el que en la actualidad hay más de 200 pandillas que libran una sanguinaria lucha por el control del territorio haitiano.
En diciembre, la ONU calculaba que las pandillas controlaban el 60% de la capital, pero hoy en día la mayoría de los habitantes de Puerto Príncipe consideran que esa cifra se acerca más al 100%.
Como consecuencia de esta lucha de poder, durante el fin de semana Canadá desplegó su avión militar CP-140 Aurora en el país caribeño. Según el Ministerio de Defensa canadiense, el artefacto será utilizado para proporcionar información, vigilancia y reconocimiento con el propósito de desarticular las pandillas que amenazan la seguridad y la estabilidad de Haití.
En octubre de 2022 y enero de 2023, el Gobierno canadiense también entregó vehículos blindados a la Policía Nacional para combatir a las pandillas que buscan derrocar al primer ministro Ariel Henry.
Este domingo, la ministra de Asuntos Exteriores de Canadá, Mélanie Joly, recalcó que “la comunidad internacional tiene un papel que jugar en respuesta a la actual crisis humanitaria y de seguridad, y Canadá está comprometida a asumir un papel de liderazgo”.
La enviada de la ONU para Haití, Helen La Lime, también dijo la semana pasada que confía en que la comunidad internacional acuerde el envío de una fuerza armada al país caribeño para ayudar a combatir a las pandillas, tal y como solicitó el Gobierno haitiano el pasado mes de octubre. Sin embargo, el pueblo haitiano se oponen rotundamente a esta acción militar y hasta el momento ningún país ha querido liderar tal operación.
Según La Lime, uno de los impulsores de la violencia es la guerra territorial que existe entre el G9, una federación constituida por más de una docena de pandillas dirigida por el ex-policía, Jimmy “Barbecue” Chérizier, y el G-PEP.
El G9 gozó del apoyo del partido de gobierno, el Partido Haitiano Tèt Kale (Parti Haïtien Tèt Kale, PHTK), durante la administración del expresidente Jovenel Moïse, pero Chérizier cortó relaciones con dicho partido en 2021 porque su dominio sobre grandes partes de Puerto Príncipe le permitieron controlar numerosos puestos de votación, especialmente en áreas como Martissant y Lower Delmas.
Por otra parte, el principal rival de “Barbecue”, Gabriel Jean Pierre, conocido como “Ti Gabriel”, es el líder de la federación rival, el G-PEP, y ha obtenido el respaldo de la oposición. También ha aumentado el número de miembros de su federación al agregar a 400 Mawozo, una pandilla que obtuvo el control de numerosas áreas cruciales alrededor de Puerto Príncipe y que es responsable del secuestro de 17 misioneros cristianos de Estados Unidos en 2021.
“El grupo de Ti Gabriel era más bien una pandilla política con fuertes vínculos con Lavalas”, declaró Eric Calpas, investigador de pandillas en Haití, refiriéndose al movimiento político Lavalas que hoy se conoce como la Organización del Pueblo en Lucha (Òganizasyon Pèp Kap Lité, OPL).
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